Revista Killkana Sociales Vol. 7, No. 2, mayo-agosto, 2023
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Análisis de los emprendimientos sociales en el Ecuador:
“Un enfoque a la estructura del ecosistema emprendedor”
Bajo este enfoque, también los autores Cárdenas et al. (2020) han identicado
que las características que permiten diferenciar el emprendimiento social de otros tipos
de emprendimientos es la visión por lograr un cambio social y la sustentabilidad de una
organización. De allí que para que un emprendimiento sea catalogado como “social” y pueda ser
exitoso, es necesario que reúna los siguientes elementos: su objetivo principal debe perseguir
un n social, desarrollar un valor social en sus actividades, ser innovador, tener un enfoque
emprendedor y reconocer oportunidades en el mercado. Por otro lado, los autores De Pablo y
Uribe (2017) complementan la visión de Cárdenas et al. (2020) Armando que un emprendedor
social es el principal catalizador del crecimiento económico y líder del cambio social, y que
debe poseer las siguientes cinco cualidades: crear valor social, satisfacer necesidades
sociales, desarrollar proyectos innovadores, gestionar riesgos y atraer recursos para llevar a
cabo su idea de negocio. Aunque perseguir un objetivo social debe ser su objetivo principal,
este objetivo no tiene por qué ser su única aspiración; también es permisible aspirar a los
benecios económicos porque el deseo de cambio social no debe verse aislado del avance de
la economía que resulta de la obtención de ganancias.
En resumen, al analizar los puntos de vistas que presentan los diferentes investigadores
expuestos sobre las características que debe tener todo emprendimiento social, todos
coinciden en que la idea a desarrollar debe ser innovadora, partiendo de las necesidades y
oportunidades que se identiquen en el entorno para que sea capaz de generar un cambio
social y hasta benecios económicos, ya que los cambios sociales no son ajenos al progreso
económico, solo que este no es el n principal a alcanzar.
Los emprendimientos sociales en el Ecuador
El término de emprendimiento social se adopta a partir del siglo XXI para designar
formas de organización novedosas, también denominadas modelo híbrido que resuelven
problemas sociales, es decir, que se trata de un modelo de empresa más humano y sustentable,
relacionada con el sector de la economía social. (Altamirano et al., 2018). El emprendimiento
en la actualidad es considerado como un elemento importante para el desarrollo económico,
generador de fuentes de empleo, disminuyendo el desempleo, mejorando la calidad de vida
y reduciendo la pobreza, los emprendedores son personas innovadoras, comprometidas en
alguna tarea, tienen característica de planeación, ejecución y pueden superar los riesgos que
se presentan en las actividades que realizan.
El emprendimiento se ha convertido en una característica fundamental de las
economías latinoamericanas, en gran medida como respuesta a los altos índices de
desempleo que enfrenta la región. Para muchas personas, el emprendimiento se presenta
como una alternativa viable para obtener ingresos y mejorar su calidad de vida. De acuerdo
con datos de la Corporación Andina de Fomento (2013), en América Latina, el 28.7% de la
población económicamente activa se encuentra en la categoría de autoempleo, mientras
que el 54.8% trabaja como asalariado y el 4% como empleador. Es importante destacar
que un porcentaje signicativo de los jóvenes latinoamericanos, en particular el 19%, se
encuentra en empleos informales, y el 20% no estudia ni trabaja, según la OCDE/CEPAL/CAF
(2016). Ante este panorama, el emprendimiento desempeña un papel clave en el desarrollo
del autoempleo. Un individuo creativo e independiente, con las motivaciones adecuadas,
las habilidades necesarias y los recursos disponibles, puede pasar de ser autoempleado a