Revista Killkana Sociales Vol. 7, No. Especial, enero-abril, 2023
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Ética como Eje Transversal para el éxito de los procesos de aseguramiento de la calidad en
las Universidades
a través del diseño y ejecución de planes de mejora como consecuencia de los resultados que
se obtiene de la autoevaluación; y III) la certicación, etapa en la cual, a través de un organismo
externo, ya sea público y/o privado, nacional o internacional, y siguiendo pautas establecidas
en un modelo de evaluación o acreditación, se otorga una cuanticación o cualicación del
nivel del cumplimiento de los estándares establecidos, en su quehacer cotidiano para poder
pronunciarse sobre la garantía de la calidad de los servicios que presta. Cada una de estas
etapas, son de vital importancia, y permiten generar paulatinamente una cultura de mejora
continua en el desarrollo y vida institucional. (Inga & Moscoso, 2022)
En este contexto, y de acuerdo Betancur (2016) (Betancur Jiménez, 2016), quien
parte de la ética como concepto general, la dene como la reexión propia de un modelo de
vida enfocada a las acciones, comportamiento, actos, donde el razonamiento juega un papel
importante a la hora de tomar decisiones para entender, justicar y argumentar teniendo
como punto importante analizar los derechos y responsabilidades que en cualquiera de las
fases que contempla el aseguramiento de la calidad.
Tipos de evaluación del sistema de educación superior
a) Autoevaluación
De acuerdo a Darling (1994), (Darling, 1994), señala que el propósito de una auténtica
autoevaluación es: “desarrollar un instrumento para el cambio escolar, entonces, las políticas
deben promover evaluaciones como un vehículo para el desarrollo de los alumnos, de los
profesores y del centro" (pag.18 y 19), esto conlleva a un cambio de paradigma de política
educativa, siendo el cambio en la gestión <<derivado de la dinámica propia del contexto
educativo>> y la mejora permanente con la premisa del quehacer de los centros educativos
en cualquiera de sus niveles.
La autoevaluación puede considerarse como un mecanismo interno de control de
los procesos de su quehacer académico y administrativo, que deriven en diferentes fuentes
de información denominadas resultados; la instauración de una cultura de autoevaluación
permitirá crear una política de mejora continua en la institución, detectar debilidades y
diseñar planes de acción para mejorar el funcionamiento y operatividad de sus procesos
que se traduzca en corto y mediano plazo en saltos cuali y cuantitativos de calidad; lo cual
constituye una vía para alcanzar la excelencia educativa en todos los procesos sustantivos.
(Saant et al., 2022) Por otra parte, la autoevaluación se dene como el conjunto de
acciones que se ejecutan con la contribución de los miembros de la institución educativa
y que necesita de la aceptación y validación de la comunidad académica, que permitan
un análisis reexivo, ético, moral, asertivo y participativo, visualizando como objetivo a la
mejora continua, el incremento de los niveles de calidad en sus procesos académicos y
administrativos y la pertinencia social. (Achig, 1996).
El proceso siempre garantizará el éxito cuando se incorporen principios éticos en
el equipo de autoevaluación. Pero, ¿porque la ética?, porque el equipo que lidere y ejecute
los procesos de autoevaluación deben garantizar “probidad, equidad, diligencia, discreción,
honradez, sinceridad, dignidad, responsabilidad, transparencia y respeto a la institución,
programa o carrera en cuya evaluación participa” (Consejo Nacional de Evaluación y
Acreditación (CONEA), 2006) (pág. 2).