II Carmen Miluska Alegría-Bernal
Luego de la reforma de Córdoba, las universidades se tiñen de compromiso
social con la comunidad y aparece la medicina comunitaria en una parte del
continente y la medicina social en otro. La primera con una visión epidemiológica del
proceso salud enfermedad y apostando por la promoción de la salud en su
componente educación para la salud y la segunda con una visión crítica y contra
hegemónica, replanteadora de las estructuras de la sociedad, como un antecesor de
las determinantes sociales de la salud, luego propuesta por Michael Marmot ante la
OMS y que actualmente tiene la hegemonía y es la versión oficial de lo que los
organismos multilaterales reconocen como las causas de las causas.(Ruiz, 2011)
Queda claro que luego la docencia en servicio se nutrió de una técnica que
se llama la medicina basada en evidencia y que actualmente es el paradigma
epistemológico de la práctica de la medicina y de la formación de recursos humanos
en salud, que tiene como principal misión la optimización economicista de la
administración de recursos en la producción y distribución de atenciones de salud,
basando sus decisiones en la mejor evidencia científica disponible, llámese
revisiones sistemáticas de literatura con metanálisis. (Carbone, 2019; Iriart, 2002;
Junquera, 2022)
Mientras tanto, la medicina comunitaria ha pasado por 3 modelos
epistemológicos, el primero enfocado en la triada epidemiológica y el conocimiento
de la historia natural de la enfermedad, luego en un segundo momento por la
aplicación masiva de vacunas y antibióticos, imponiéndose coberturas poblacionales
que nunca llegaban a cumplirse, dada la naturaleza creciente de la población y a
partir de la declaración de Alma Ata y de las reformas planteadas por Marc Lalonde,
se llegó a la conclusión que la prevención de las enfermedades con estilos de vida
saludables era la clave del éxito para combatir las enfermedades y finalmente el
último modelo epistemológico es el que presenta que hay determinantes sociales del
proceso salud enfermedad, tales como el lugar de residencia, el tipo y lugar de
trabajo, la recreación, la educación, el ingreso económico y el acceso a los servicios
de salud.(Carbone, 2019)
Si bien la docencia en servicio ha encontrado su mejor forma de generar
información, usar información y predecir los resultados clínicos en los pacientes, la
medicina comunitaria todavía no tiene una herramienta con igual potencia, tal vez
las nuevas generaciones de médicos deban ser formados en aspectos sociales,
económicos y políticos para poder actuar de manera eficiente sobre las
determinantes sociales de la enfermedad, de acuerdo con el modelo epistemológico
vigente, por ahora la especialidad que cubre esa necesidad es la del médico
salubrista.
Revista Killkana Sociales Vol. 5, No. 1, enero-abril, 2021