160 Evelyn Paredes y col.
Revista Killkana Sociales Vol. 6, No. Esp., diciembre, 2022
de los estudiantes. Los recursos tecnológicos proporcionan diferentes mecanismos para el
intercambio de conocimientos entre docentes, estudiantes y padres de familia, para facilitar
y mejorar el proceso de interacción social y así adaptarse mejor al entorno social en el que se
desarrollan las habilidades del estudiante (Chacón et al., 2014). Es así entonces, que la mayoría
de las docentes trabajaron desde un dispositivo adecuado en el proceso de la virtualidad
como es el caso de una laptop o una computadora de escritorio, sin embargo, esto no quiere
decir que estos dispositivos hayan sido de buena calidad, que cuenten con la velocidad
adecuada, memoria suciente, nivel de procesamiento óptimo, por lo que también puede ser
un indicador determinante para evaluar los resultados del aprendizaje de los estudiantes en
la pandemia. Como indican (Mangisch & Mangisch, 2020) es fundamental la infraestructura
tecnológica porque sin ella no se podría lograr la educación a distancia. De igual manera,
existe una minoría de docentes que reeja que sus clases las impartían desde un celular,
denotando que la calidad de enseñanza en pandemia se vio inuenciada de manera negativa
porque la docente no contaba con la herramienta principal para impartir sus clases y hacer
uso de sus funciones apropiadas como son: el compartimento de pantalla, visualización de la
imagen en mejor tamaño y calidad, acceso limitado a ciertas aplicaciones de manera directa.
El 69, 23% de docentes, indican que su desempeño profesional fue mejor de manera
presencial, desarrollando las actividades indispensables con recursos concretos del medio
ambiente, logrando una mejor interacción social entre sus pares, y así, cumplir con el enfoque
del diseño curricular centrado en el aprendizaje integral, es decir, desarrollando áreas:
cognitivas, sociales, psicomotoras, físicas y afectivas (MINEDUC, 2014), porque el desempeño
de las maestras parvularias en la virtualidad se vio afectado por la incorporación de las
herramientas tecnológicas, manejo de dispositivos digitales, administración de plataformas
y aplicaciones interactivas, que hasta ese momento eran desconocidas. La educación virtual
se venía desarrollando de manera pausada desde el inicio del siglo XXI y la pandemia logró
acelerar los escenarios de aprendizaje (Aguilar, 2020), sin embargo, mientras continuaba el
connamiento y las clases virtuales perduraban, las docentes llegaron al límite requerido para
enseñar en la virtualidad como dicen Baque & Vigueras (2021). Pero esto, no era suciente,
porque las docentes tenían que atender las necesidades digitales tanto de los estudiantes
como de los padres de familia en el mismo contexto. Entonces, como se puede apreciar en el
gráco de la gura 4, estas problemáticas no fueron superadas y por lo tanto el desempeño
docente no fue el óptimo en la modalidad virtual.
Las ventajas de la virtualidad en el nivel inicial fueron, el resguardo de la salud en
benecio de todos los miembros del núcleo familiar porque el aislamiento es considerado como
una de las medidas principales de bioseguridad frente a la pandemia. “La instauración temprana
del aislamiento estricto y obligatorio fue una decisión acertada para poder contener y mitigar la
propagación del coronavirus, mientras se ganaba tiempo para mejorar y adaptar nuestro sistema
de salud” (Cuestas & Minassian, 2020), por otro lado, muchas familias compartieron mayor tiempo
con sus seres queridos y se vieron beneciados por estos espacios. También, uno de los logros
del sistema educativo virtual fue el aspecto económico, porque se disminuyeron los gastos de
movilidad y de tiempo, se ahorró el tiempo complementario de permanencia en el trabajo y los
recursos para desenvolverse antes, durante y después de la jornada laboral (García, 2017).